7 elementos de una cultura de Ética Corporativa eficaz
El desarrollo de una cultura de Ética Corporativa es un elemento esencial de todo modelo de Compliance. No se trata sólo de establecer un sistema de cumplimiento normativo para evitar sanciones, sino de generar realmente conductas positivas dentro de la empresa que contribuyan al logro de los objetivos del negocio de forma responsable y que genere valor para todos los stakeholders.
Por ello os compartimos estos 7 elementos que contribuyen a la generación de una cultura de ética corporativa eficaz.
1. El objetivo del negocio, no debe ser maximizar los beneficios a toda costa.
El objetivo debe ser obtener rentabilidad a la vez que genere empleos, produzca beneficios a la sociedad y a su entorno en general. Esto implica una manera de hacer negocios que no involucre prácticas cuestionables ni tomar riesgos excesivos que puedan poner en peligro la continuidad del negocio.
Si bien el foco debe mantenerse en los resultados, no basta con alcanzar las cifras deseadas, sino que deben alcanzarse a través de los valores de la empresa.
2. “Tone at the Top”, el ejemplo empieza desde arriba.
Son los propios directivos de la empresa quienes deben fijar el tono de la cultura corporativa; no sólo a través de Políticas y Protocolos de Actuación que contemplen las prácticas esperadas y prohibidas, sino ejerciendo un liderazgo modelo, conforme al cual sus propios empleados los reconozcan como personas de una ética intachable.
La responsabilidad por hacer lo correcto debe ser asumida por quienes toman las decisiones estratégicas en la compañía y permear esa cultura en sus empleados. De lo contrario, cualquier intento de implementar una cultura corporativa será interpretada por los trabajadores como falsa o incoherente.
3. Pensar fuera de la caja, actuar dentro de la legalidad.
Cada oportunidad de negocio tiene implícito una serie de riesgos, algunos que pueden ser asumidos dentro de los principios y valores de la empresa y cumpliendo con la legalidad (no existe el riesgo “cero”). Sin embargo, debe valorarse concienzudamente cuáles son los riesgos asumibles y cuáles son aquellos que vulneran las líneas éticas fijadas por la compañía, teniendo en cuenta no sólo la legislación sino cómo repercutiría esa actividad en la imagen de la empresa (reputación), sus trabajadores, directivos, proveedores, clientes y en la comunidad.
4. La ética corporativa es función de todos en la empresa.
Cada persona dentro de la empresa debe conocer la ética corporativa y asumirla como parte de sus responsabilidades. No basta con implementar un Código de Conducta, un canal de denuncias y crear un Departamento de Ética o Compliance; la ética es dinámica y debe permear la organización. Todas las personas de la organización tienen la responsabilidad de actuar éticamente, desde el Presidente al determinar las inversiones de la empresa, hasta los operarios que deben facturar sólo lo que requiere el cliente.
5. Los proveedores también deben cumplir con el modelo ético de la empresa.
Cada día más las empresas dependen de proveedores externos para la prestación de sus servicios o elaboración de sus productos. No obstante, esta subcontratación -si bien limita las responsabilidades legales hasta cierto punto- no exime a la empresa del deber de exigir un mínimo de condiciones a sus proveedores, particularmente respecto a las condiciones laborales de sus trabajadores, el respeto a los Derechos Humanos o el cumplimiento de requisitos de calidad que garanticen la seguridad de los productos.
6. Debe terminarse la relación con clientes que no mantengan una ética corporativa aceptable.
Las compañías con una ética corporativa sólida, deben estar dispuestas a tomar la difícil decisión de terminar su relación con clientes que no se comporten de una forma ética, cuando éstos intenten influenciar a la compañía de forma inadecuada. Esto es un reto para los negocios, particularmente cuando dependen económicamente de dicho cliente. En este tipo de disyuntivas debe prevalecer el cumplimiento de los principios y valores de la compañía, así como su Código de Conducta.
7. La Responsabilidad Social Corporativa es una forma de autorregulación de la ética en la empresa.
Aunque para algunas empresas la Responsabilidad Social Corporativa es un requisito legal o una manera de mejorar su imagen ante el público, su función principal es la de integrar distintos elementos de ética corporativa dentro del modelo de negocios de la compañía, valorando las perspectivas ambiental, social y económica. La implementación de un plan de RSC, junto con un sistema de Compliance robusto que contemple lo relativo al cumplimiento normativo, permite a la empresa gestionar adecuadamente su ética corporativa.
José Alejandro Cuevas Sarmiento es Legal & Compliance Project Manager en Garberí Penal. Para la implementación de sistemas de gestión de Compliance Penal, por favor contacte a nuestros expertos o comuníquese al 937 004455 de 09:00 a 19:00, de lunes a viernes.
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